La pasión por las maderas antiguas autóctonas y el fascinante encuentro con la tradición y sabiduría de los pueblos aborígenes en el arte de fumar en pipa son las fuerzas impulsoras que llevan al artista a crear estas esculturas de arte visionario.
Pedro Ferrizzo reside en las sierras de Rocha, Uruguay, a 40 kilómetros de la costa oceánica, inmerso en un entorno natural y biodinámico. Las maderas utilizadas son descubiertas por el artista en los cauces de los ríos de Uruguay, siendo la más común la scutia buxifolia, también conocida como coronilla, una madera autóctona cuyas raíces pueden tener más de 700 años de antigüedad.
Desde el año 2002, sus creaciones han recorrido el mundo, llegando a manos de coleccionistas y galerías. El tallado de la madera se realiza de forma manual, logrando una forma única y auríca. Para el curado final, se emplean ceras naturales. La forma resultante es abstracta y surrealista, reflejando la naturaleza misma. Además, la suavidad al fumar proporciona una experiencia agradable y meditativa.