Generalmente en la escultura clásica prevalece la imposición del artesano que esculpe el material, dejando su impronta y llevando la pieza hacia una definición interna de su subjetividad.
Lo que hace único y especial el arte de las pipas Ferrizo es que el artista profundiza sobre la veta de la naturaleza y realiza una labor alquímica con una raíz que se encuentra en las profundidades oscuras de la tierra, transformándola en una pieza luminosa y brillante que conecta con el mundo etéreo a través del humo de la pipa de fumar.
Al igual que en épocas antiguas, el artista es el autor de la pieza durante todo su proceso, desde la extracción de la madera hasta el pulido final con materiales que él mismo ha elaborado... No apura el tiempo ni busca llegar a una forma definida, sino que es la pieza misma la que se expresa y dice cómo se quiere ver y cuándo está lista.